sábado, 30 de enero de 2010

Acerca de la visión de las cosas

Nuestra intención con este blog era proponer nuestra visión de las cosas pero sin imponerla a nadie y sin pretensiones de convencer a nadie. No se habla aquí de la polaridad de verdad o mentira, o de bueno o malo, o de feo o bonito, sino de lo que en última instancia es apropiado o no apropiado según las circunstancias y según la toma de conciencia de cada unoa y el seguimiento de su propio espíritu
Nos gustaría apuntar  que la valoración depende de quién observa, por eso la sociología es tan subjetiva, y las intenciones de objetividad, se quedan sólo en eso, en intenciones.

Además, la creencia de que existe causa y efecto es errónea, pues se basa en la linealidad y en el tiempo, por ello hay que evitar el cinismo de quiénes pretenden cambiar la sociedad mediante la creación de teorías o paradigmas analíticos o incluso predicciones, pues si ni tan siquiera nos conocemos a nosotr@s mism@s...

Si no conocemos por qué enfermamos y somos poco habilidos@s en resolver nuestros propios conflictos, ¿cómo vamos a solucionar o tan ni siquiera pretender encontrar soluciones a los conflictos de nuestras sociedades?

"El necesario cambio del mundo y de la humanidad no será operado por los intentos de reformar el mundo; los reformadores, en su lucha por un mundo mejor como ellos dicen, rehúyen la tarea de mejorarse a sí mismos; practican la vieja táctica, humana pero lamentable, de exigir a los demás lo que ellos no hacen por pereza; pero los éxitos aparentes que consiguen no les disculpa de haber traicionado no sólo al mundo sino a sí mismos"(Jean Gebser "Decadencia y participación")

Todo se traduce en que no hay nada que cambiar excepto nuestra propia visión, sólo hay que aprender a ver, y eso es lo más difícil. Y dejar nuestro ego de inventores de huidas o de teoría, pues estas posibilidades ya existían antes de que nosotr@s encontráramos sus potencialidades.

Según nuestra humilde visión, la sociología se encarga entre otras cosas de desarrollar complicadas teorías y sistemas a fin de conocer a nuestros semejantes, nuestras circunstancias y nuestro entorno, pero antes de pretenderlo creemos que hay que vencer la ceguera ante nosotr@s mism@s, evitando que la forma carezca de contenido, y evitando la "lucha en contra". Aceptando así los conflictos existentes en el ser humano y de la sociedad, y superándolos activamente, decántandonos por una decisión que inevitablemente excluye a la contraria y que tiene sentido consciente por esto mismo*,(si no no seríamos capaces de distinguir el blanco del negro, y nos sumiríamos en un estancamiento grisáceo... casi moribundo).

En fin, no queda más que decir, dejamos que termine Pessoa con su bella...


De todo quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
y la certeza de que sería interrumpido
antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente,
de la búsqueda, ...un encuentro.


*Para estas líneas nos hemos basado en "La enfermedad como camino" de Thorwald Dethelefsen y Rüdiger Dahlke

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