lunes, 11 de enero de 2010

Impactos Ambientales de los Transportes. Hacia una redefinición sostenible de la movilidad urbana.

La información que viene la hemos extraído de la Comisión Europea, que en consulta pública (iniciada también a través de Internet) llevó a cabo la elaboración en marzo de 2007 del “libro verde” donde detallan los principales problemas comunes a los que se enfrentan los espacios urbanos, en relación directa al uso (ineficiente) de los transportes.

Como tal organismo, la Comisión trata de dar una perspectiva regional (de consecuencias continentales) a las problemáticas generadas en las ciudades por los medios de transporte. Su objetivo es crear una política común y un plan de acción en la que converjan los intereses económicos que están intrínsecos a los transportes, con un incremento (nacimiento) de la calidad ambiental de los espacios urbanos mediado por los transportes, todo ello a nivel de Europa. Ahí es nada.
El plan era crear, para principios del otoño de 2008, de un plan de acción que definiese una serie de medidas e iniciativas concretas en pro de una movilidad urbana mejor y sostenible. Respecto a cada medida propuesta, el plan de acción indicaría un calendario de ejecución y fijaría el reparto de responsabilidades entre las diversas partes.

El papel de la Comisión consistía en organizar este debate con todas las partes interesadas para poder proponer una estrategia global que fuera compatible con el principio de subsidiariedad. El público destinatario de este nuevo proceso de consulta lo formarían, entre otros, grupos sociales, tales como los habitantes de las ciudades, los usuarios del transporte urbano (público o no) y los patronos y empleados de organismos de transporte colectivo; grupos económicos, tales como las empresas locales, incluidas las PYME, el sector del transporte urbano y la industria del automóvil; autoridades nacionales, regionales y locales, y representantes y asociaciones de las partes interesadas en los ámbitos correspondientes.

Una nueva cultura: “El reto supuesto por el desarrollo sostenible en las zonas urbanas es inmenso: reconciliar el desarrollo económico de las ciudades y su accesibilidad, por una parte, con la mejora de la calidad de vida y la protección del medio ambiente, por otra”
El intento se centra crear una movilidad sostenible y en beneficio de todos los ciudadanos/as europeos, y facilitando al mismo tiempo que los agentes económicos desempeñe su papel en nuestras ciudades. Pero… ¿Cuál es su papel?, ¿tenemos todos/as el mismo derecho a decidirlo, como ciudadanos y cómo agentes económicos?

Para la comisión, la “movilidad urbana” debe ser es sinónimo de “desarrollo económico” de las ciudades, calidad de vida de los ciudadanos y protección del medio ambiente. Para ello, mediante consulta publica a ciudadanos, empresas y demás partes interesadas, detectan algunos problemas asociados a la movilidad y proponen soluciones:

Problema 1. LA CONGESTIÓN DE LAS CIUDADES, según el informe, ésta se localiza más intensamente en las circunvalaciones que rodean a las ciudades. Estas circunvalaciones a la larga crean la infraestructura necesaria para que toda la ciudad se masifique de vehículos. Estos dificultan el tráfico, ralentizando los intercambios comerciales y la movilidad de las personas, además de generar estrés y contaminación ambiente.

Posibles soluciones: -Promover la marcha a pie y en bicicleta, para ello las autoridades locales deberían promover la adaptación y creación de las infraestructuras adecuadas. Señalan también la designación de un funcionario que se ocupen de la marcha a pie y en bicicleta, así como fomentar actividades familiares e institucionales promovidas por empresas y emprendimientos sociales.

- A parte, para desincentivar la dependencia del transporte privado e individualizante otra posibilidad es fomentar el coche compartido, dando preferencia a los coches llenos, creando tarifas de estacionamiento como una medida económica, estableciendo tarifas diferenciales que configuren el espacio público: por ejemplo gratuidad en la periferia y altas tarifas en el centro.

Fomento del “transporte inteligente”: esto es, planificación óptima de los trayectos, atendiendo más a las necesidades reales de la población, es decir, una mejor gestión de la demanda, más directa según las necesidades de los usuarios. Además, el uso flexible y múltiple de la infraestructura (carriles de autobús flexibles, zonas de carga y descarga y aparcamientos multifuncionales…).

Es por esto que, el tratamiento de datos sobre el tráfico y los recorridos puede proporcionar información, asistencia y control dinámico del transporte para los viajeros, los conductores, los operadores de flotas y los administradores de la red.

La logística del transporte de mercancías: se podría fomentar el consumo de productos locales, descentralizar la agricultura, introducirla en la ciudad con los huertos de jardín, desmontando la estructura de desigualdad campo-ciudad (pero esto no lo propone el informe). De esta parte si habla de promover el transporte de corta distancia en pequeños vehículos más eficaces con uso de energías renovables y desincentivar el transporte masivo con tasas y en última instancia maximizar la eficacia de los portes.

Se puede agrupar la distribución de las mercancías y los servicios en las zonas urbanas y las zonas de acceso regulado, pero esto requiere una planificación eficaz (competencia pública, de las autoridades locales), de las rutas existentes para evitar recorridos en vacío o una conducción y estacionamiento innecesarios, característicos de la gestión privada.

Problema 2. LA POLUCIÓN DE LAS CIUDADES. La dependencia generalizada de los hidrocarburos en los sistemas de transporte, el incremento del tráfico y las paradas-arranques de la conducción urbana, hacen que se incrementen exponencialmente las emisiones de CO2 en el seno de las ciudades, así como los ruidos, la contaminación del aire.

Posibles soluciones:- Mejoras tecnológicas en el motor de los vehículos. Fomento de la I+D+I en este sentido:

-Incremento de las negociaciones entre los órganos competentes (Estados, Unión Europea) y las grandes patronales de vehículos, para llegar a un acuerdo voluntario entre todos ellos, y así pasar a fabricar unos vehículos menos contaminantes.

- Endurecer las normativas sobre emisiones y establecimiento de unos umbrales europeos de emisiones estrictos, que el que incumpla pague. Para esto es necesario que las autoridades locales tengan competencias, diligencias y voluntad política para hacer cumplir realmente tales normativas. Así como también una sociedad civil consciente y con herramientas para exigir y hacer cumplir tales medidas.

- Regular la imposición de catalizadores y filtros obligatorios en la fabricación de los vehículos.

- Retirada y reciclaje de vehículos viejos altamente contaminantes. Acceso preferente a los vehículos más eficientes en cuanto a las emisiones de gases y restricciones a vehículos viejos-contaminantes.

- Crear un mercado de nuevas tecnologías eficientes al servicio de los transportes públicos: que mejore el rendimiento ambiental de la flota de transporte público, mediante la contratación pública de vehículos más limpios y ofreciendo incentivos económicos a los operadores privados para introducirse en esta línea. Las ayudas financiera públicas a una nueva infraestructura de distribución de combustibles alternativos han tenido resultados prácticos en varias ciudades.

- Fomento de los sistemas inteligentes de transporte que ya hemos señalado y promoción de una información generalizada a los usuarios de las redes de transportes para poder tomar las decisiones más adecuadas y eficientes a sus necesidades, así haciendo posible un aumento de la capacidad de las infraestructuras, mejor coordinación de las operaciones etc…

Problema 3. ACCESIBILIDAD DEL TRANSPORTE URBANO. Tiene que ver con la calidad de la infraestructura urbana y que esta sea accesible a todos los colectivos sociales: a las personas con problemas de movilidad, a las personas discapacitadas, a las personas mayores, los niños pequeños… todos deben poder acceder fácilmente a la infraestructura de transporte urbano.
La calidad del acceso de las personas al sistema de movilidad urbana, consistente en la infraestructura y los servicios, debe ser asegurado tanto en términos de calidad como de precio y disponibilidad, para así desincentivar el transporte privado. Porque es sabido que un obstáculo para el cambio modal del transporte privado al público suele ser la baja calidad del servicio, la lentitud y la falta de fiabilidad del transporte público, y además, en relación a unos precios, frecuentemente excesivos.

Posibles soluciones:
Respetar los derechos básicos de todos los ciudadanos en todos los sistemas públicos de transporte. Especialmente de aquellos con necesidades especiales.

Crear un reglamento que defina las obligaciones de las autoridades competentes en las obligaciones del servicio público de transportes.

El transporte urbano público debe hacerse accesible a las personas con rentas bajas y condiciones especiales, así como los estudiantes. Tener en cuenta estas condiciones especiales y generar unas tasas que contemplen las diferencias de renta y de uso (o mal uso) de los transportes urbanos.

Nada más decir que, todas estas propuestas establecidas por el informe
vienen a proponer multitud de soluciones posibles, muchas de ellas implementadas ya en ciertas ciudades y a los problemas generados por la individualización y generalización del transporte a motor, la mayoría de las veces falto de estar acompañado de una legislación, unas infraestructuras y un sistema de impuestos encaminados a regular un sistema respetuoso con el espacio social y el medio ambiente de las ciudades.
Somos conscientes de que uno de los más importantes retos para la sostenibilidad es conseguir hacer de la ciudad, y del sistema de trasportes, un lugar habitable para los seres humanos, en equilibrio con el medio y deseable para los que vienen. Todo ello debemos hacerlo atendiendo a los recursos de que disponemos, y a una planificación racional de nuestras necesidades de movilidad. Para ello es necesario asociarse, tener voluntad, tanto política como ciudadana, para hacer cumplir estas ideas, interiorizarlas, respetarla y poner así los cimientos para un futuro social y ambientalmente perdurable.

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